martes, 9 de junio de 2015

El sabor dulce de la paz lo conocí en el SENA

Bernarda del Socorro Isaza, es una mujer de 81 años de edad desplazada por la violencia que encontró en la entidad en que más confían los colombianos una oportunidad para salir adelante.

Llegó a hace tres años huyendo de la violencia que azotaba a Barrancabermeja (Santander) y recuerda de forma vívida aquellos momentos difíciles en que tuvo que partir de la tierra que vio nacer a sus hijos: “Tengo muy presente la fecha, fue el 9 de noviembre de 2011 cuando tomamos nuestras maletas y partimos para Bogotá”, dice mientras frunce el ceño al traer a la memoria aquellas imágenes de su partida.

“Cuando llegamos a la capital, tratamos de buscar ayuda con el distrito, tocamos las puertas del Departamento para la Prosperidad Social, pero todas las ayudas eran demoradas y no suficientes para todos nuestros gastos de arriendo y alimentación que eran inmediatos”, señala.


El deseo de superación, de aprender cosas nuevas e integrase con el vecindario llevaron a su hija a indagar sobre posibles actividades formativas de la zona y fue así como encontró a la Asociación de Mujeres Emprendedoras y Productivas de Quebradanegra, conformada por madres cabeza de familia, desplazadas y adultos mayores. Bernarda y su hija fueron aceptadas en la asociación y junto con las demás miembros, comenzaron formarse en el SENA en cursos complementarios, desde comienzos de este año. 

“Cuando mi hija y yo nos enteramos a través de la Alcaldía que el SENA abriría cursos de Repostería y que la asociación podía acceder, sin dudarlo le dije que sí, que yo quería aprovecharlo. A mí siempre me ha gustado todo lo que tenga que ver con dulces y postres por eso tomamos la decisión de inscribimos”.