martes, 30 de agosto de 2016

“El SENA es una luz en el camino oscuro que nos dejó la violencia”

Las galletas que fabrica Luz Mary al lado de sus hijos, son producto de su creatividad e ingenio, usa la guatila y la ahuyama para cautivar el paladar de sus clientes.
Así piensa Luz Mary Moyano, quien volvió a su finca después de casi tres años de desplazamiento, ubicada en la vereda Hinche de este municipio, uno de los más afectados por la violencia a causa del conflicto armado protagonizado por grupos al margen de la ley.

“Abandonar la finca para nosotros fue algo traumático para todos, vivía con mis dos hijos y mi esposo y de repente nos sentimos como cuando a un pájaro le derriban la rama donde tiene su nido y además le quitan su hábitat; nos fuimos para Bogotá con una gran incertidumbre”, relato Luz Mary. 

Para esta ‘Palmera’ de nacimiento, huir era la única forma de proteger la vida, los enfrentamientos cada vez más recurrentes, dejaban una estela de muerte y desolación a su paso, muchos salieron con solo las pertenencias que tenían encima, sin rumbo y sin saber cómo sería su vida en un entorno desconocido.

“El primer desplazamiento fue en 2002, regresamos después de un año de divagar sin éxito en Bogotá y en el municipio de Pacho (Cundinamarca), pero notamos que las cosas no habían cambiado así que de nuevo partimos sin esperanza y muy desesperados, el efecto en mi hijo mayor fue tan fuerte que estuvo al borde del suicidio”. 

Y es que este municipio fue uno de los más azotados por la violencia, de acuerdo al Registro Único de Población Desplazada (Rupd), en el año 2000 se presentaron 342 desplazamientos, en 2001: 986 y en 2002 acontecieron alrededor de 3.000 desplazamientos, dejando desoladas gran parte de las áreas rurales.

“Volver a nuestra tierra nos generó un mezcla de emociones, alegría de poder regresar y tristeza al ver la condición en que estaba nuestra casa, casi destruida y la finca poblada de maleza, había que empezar de nuevo”, declaró Jennifer Gómez, hija menor de Luz Mary quien se forma actualmente en el SENA a través del Programa de Articulación con la Educación Media.

A través del Programa SENA Emprende Rural, la entidad comenzó a llegar a las veredas donde paulatinamente la población comenzaba a regresar, cuando Luz Mary fue contactada, enseguida acepto la oferta de formación y emprendimiento, como apoyo para empezar a reconstruir su casa y su finca, solo que esta vez el reto lo tendría que hacer junto a sus dos hijos. 

“Mi esposo no quiso regresar, nos separamos, nunca más volvió por aquí, por eso decidí que sola podría sacar a delante mis hijos y así lo he hecho, empecé mi formación con el SENA, he realizado por lo menos unos quince cursos complementarios que me han permitido hacer que mi finca sea productiva y a la vez conseguir lo que hemos necesitado”, señala Luz Mary, con los recuerdos que aún le hacen brotar algunas lágrimas.

Con la formación recibida en la entidad en que más confían los colombianos, conformó al lado de sus dos hijos, una Unidad Productiva –El Horno de Luz Mary, Colaciones Palmera–, dedicada a producción de productos de panadería con factor de innovación.

“Esta familia recibió formación en panadería y empezaron a realizar sus propias recetas, con la orientación de los instructores lograron crear un producto innovador, galletas de guatila y de ahuyama, los cuales ya empezaron a comercializar con clientes de la zona y en las ferias municipales”, manifestó Arley Calderón, instructor de emprendimiento del SENA en Villeta. 

En lo corrido del presente año, el SENA ha brindado formación a 598 personas en el municipio de La Palma, 224 en formación titulada y 374 en formación complementaria, se espera que al finalizar en presente cuatrienio se logre impactar cerca de 3.200 personas en este municipio al accidente del departamento.

Para Luz Mary haberse formado en la Entidad ha sido lo mejor que le ha pasado en la vida, “el SENA se ha convertido en una luz en el camino oscuro que nos dejó la violencia, nos devolvió la esperanza de vivir y de empezar de nuevo, guardo un agradecimiento sincero”.

Esta madre cabeza de familia de 50 años de edad, sueña con sacar adelante a sus hijos de 19 y 16 años de edad, los cuales se forman en el SENA en el Técnico de Administración de Empresas Agroindustrial, como parte de la población víctima, estuvo presente en la feria de servicios denominada Oferta Institucional para la Reconciliación y la Paz, donde asistieron, durante los tres días de su realización en La Palma, cerca de 5.000 personas. 

En el territorio cundinamarqués hay 115.449 víctimas, de acuerdo a cifras de caracterización de la Red Nacional de Información, de los cuales 57.336 son hombres, 57.142 corresponde a mujeres, así mismo, 540 son indígenas, 854 comunidad gitana (ROM), 63 raizales del archipiélago de San Andrés y Providencia, 1.205 son afrocolombianos y 3 palenqueros.

Por: Oficina de Comunicaciones de la Regional Cundinamarca